Este Sevilla gusta, engancha, imprime la intensidad que hay que poner para ser un equipo a tener en cuenta en esta liga, que ayer de nuevo quedó demostrado que está manipulada y corrupta.
El Barcelona es un gran equipo, posiblemente el mejor equipo del mundo, pero ayer se vio sobrepasado por un Sevilla que demostró que aquí, en su Estadio, no se le regalada nada a los que lo visitan.
El partido hacía presagiar una noche mágica. Desde el minuto uno, los nuestros salieron a “morder” y peleaban como si les fuera la vida en ello cada balón. El Barça estaba incomodo, aunque tenían la pelo en su campo, en cuanto la mandaban al campo contrario la presión asfixiante de los locales hacía que hubiera que comenzar de nuevo.
Transcurría el minuto 26 del primer periodo, cuando llega un balón a Trochowski, que con la pierna izquierda lo cruza ante Valdés, poniendo el uno a cero en el marcador. De ahí a la finalización del primer tiempo, un quiero y no puedo de los azulgranas, que moría siempre ante la magnífica defensa de los de Michel en el día de ayer.
El segundo tiempo comenzó de la manera soñada por los nuestros. Extraordinario contraataque que culmina Negredo con un golazo que estuvo precedido de un jugadón del vallecano.
Todo de cara, pero toda una segunda parte por delante. Pero tardó solo cinco minutos en empatar el Barcelona por medio de Cesc. Ahí apareció la afición para insuflar los ánimos de los suyos y el Barça seguía en su quiero y no puedo.
El arbitraje hasta entonces había sido del “estilo” de Mateu. Dejar seguir siempre y no señañar apenas ninguna falta, aunque raramente lo hacía siempre a favor de los visitantes.
Y entonces llegó la jugada de la polémica. Medel hace una internada por la derecha, centra y el árbitro pita falta a favor del Barcelona. El balón le llega a Medel, que lo toma y es recriminado por Cesc para que lo devuelva. En la jugada incluso el catalán le tira una patada al chileno, que INCOMPRENSIBLEMENTE se enzarza en una dicusión cara a cara con Cesc, que termina con este teatrizando y con el chileno camino de los vestuarios.
No quiero entrar en la apreciación de si fue justa la roja o no, yo creo que NO después de ver la jugada repetida, pero lo que está claro que cuando un TONTO y un listo se ven en una disputa de estas, siempre sale perjudicado el TONTO. Medel nunca tuvo que entrar en esa discusión y con ello se hubiera evitado todo lo posterior. Espero que el técnico y el Club sean capaces de explicarle este término al chileno y que no vuelva a hacer el IMBÉCIL de esta manera.
Pero el “sibilino” arbitraje de Mateu desquiciaba a todo el mundo. No existían las faltas a favor del Sevilla y de las pocas que pitó, fue una en la que Navas es “cazado” por detrás. Roja directa clarísima que el trencilla dejó en Amarilla. Pitaba faltas constantes en el borde el área a favor de los catalanes y dejaba sin sancionar algunas clarísimas de estos cuando el Sevilla intentaba montar la contra.
Y claro, con todo esto, pues cuando faltaba un minuto para el noventa, unas clarísimas manos en el borde del área sevillista a favor nuestro, queda sin sancionar y la jugada termina en el empate, con el consiguiente escándalo en las gradas. Muchas imágenes que circulan por internet demuestran la situación del árbitro junto a la jugada, por lo que no se entiende como no la señaló.
Después en el descuento, gol de Villa y los tres puntos que se marchan a Barcelona cuando los nuestros habían merecido mucha mejor renta. LAMENTABLE actuación de Mateu, que fue el principal aliado de los de Vilanova en la noche de ayer. Jugar contra doce y con diez es muy difícil, por tanto no me queda otra que calificar el partido como UN ATRACO de parte del árbitro.
A los nuestros felicitarlos. Y pensar que de seguir en esta línea el equipo estará en Europa después de dos años de sequía, sobre todo ahora que los dineros escasean y que se hace imprescindible estar en Competición Europea.