Soy de los que piensan, que en el fútbol, lo más importante son los jugadores. Imagino que a la mayoría de ustedes le ocurrirá lo mismo. Pero también espero que estéis de acuerdo que cuando se tiene un buen técnico, todo se convierte en mucho más fácil.
El Mallorca nos ha demostrado hoy, que si no estuvo el año pasado en Champions, entre otras cosas, fue por su desastrosa temporada cuando jugaba como visitante. Es un Club, que estando en concurso de acreedores, no le queda más remedio que traspasar cada año a sus mejores activos. Este año no ha sido distinto, pero ha tenido un gran acierto, y éste no es otro que apostar por un entrenador de los llamados a ser alguien importante en esto del fútbol.
En técnico del Mallorca el año pasado, realizó una gran temporada en su Estadio, pero resulta que cuando viajaba fuera de casa, sacaba a relucir sus desaplicaciones constantes, lo que le costó, en el último minuto perder la clasificación para la máxima Competición Continental..
Pero vamos a los que nos interesa hoy. Se presentaba una magnífica oportunidad para los nuestros, de colocarse en puestos de Liga de Campeones, máxime cuando el empate en el día de ayer entre Villarreal y Valencia, nos dejaba el camino expedito a la cuarta plaza, con la posibilidad de colocarnos a un solo punto del tercer clasificado.
Ponía Gregorio Manzano en liza un equipo que nos sorprendió a todos al llegar al Estadio. Sacaba a Dabo y Luna en los laterales, Alexis y Escudé en el centro de la zaga, Perotti y Alfaro en las bandas, Cigarini y Renato como medios centros, con Kanouté de enganche y Negredo en punta.
Desde el comienzo del choque, Laudrup mandó a los suyos a presionar la salida del balón del Sevilla, lo que dificultaba de forma fehaciente la labor constructiva del equipo local. Con dos centrocampistas teóricamente de carácter de elaboración se antojaba todo más fácil, pero claro, alguien debería (ya sé que no va a ocurrir) explicarnos a los sevillistas de donde han salido los informes para que el “nuevo Pirlo” haya terminado recalando en el equipo de Nervión. Renato, pues está para lo que está, tampoco le pidamos peras, a un olmo que seguramente estará dando manzanas. Y digo esto, porque el Sevilla de este año, en el aspecto de dirección técnica, es un “pollo sin cabeza”, al que nadie es capaz de encontrar una explicación.
Se quedan en el banquillo hombres como Konko y Romaric, jugadores que aun servidor, y máxime cuando esta semana no hay partido intersemanal, no tenían la necesidad de ser rotados. Pero como a mí me gusta mojarme, pues tengo la impresión, que Cigarini aparece el la alineación titular, para tapar algunas vergüenzas, de determinados ejecutivos técnicos que avalaron su fichaje (en éste caso cesión). Me hace gracia las declaraciones del representante del subsodicho esta semana, en la dirección de que el italiano no tiene ninguna posibilidad de salir en enero. Pues claro buen hombre, se me antoja difícil encontrar unos “primos” que carguen con el muerto, cuando tú tienes la obligación de entrenarlo y pagarle la ficha durante toda la temporada.
El partido se pone cero a uno en la primera parte, sin que el portero visitante tenga que intervenir. Aprovecha Pereira un pase interior, para colocar el balón en el palo corto de Palop (de los mejores de los nuestros) y así marcharse al vestuario con el marcador en franquicia.
Dos cambios a la desesperada de Manzano en el descanso. Da entrada de Luis Fabiano y Konko, en sustitución del “nuevo Pirlo” y de Alfaro. Pequeña mejoría, sobre todo por las entradas del francés por la banda derecha, que al menos hacían llegar algún balón peligroso a las inmediaciones del área. Lo de Dabo, creo que también lo debería explicar alguien (insisto, no esperen nada). Mientras, kanouté trata de organizar el juego de ataque, quedando en punta Negredo y O´Fabuloso.
En uno de los arreones del Sevilla, llega el balón a Luis Fabiano, en el minuto 88, que consigue poner en empate en las tablas. Inmerecido totalmente para un servidor, pero que al menos, nos hacía albergar esperanzas de que la “flor” del jienense apareciera de nuevo y se solventara el partido en los minutos que restaban.
Pero por esta vez, el fútbol (por más que le duela a un servidor) fue justo y dos minutos más tarde, un saque de falta desde la derecha, Webo lo mandaba de certero cabezazo a las mallas, dándole los tres puntos, me reitero, de forma merecidísima, al conjunto bermeyón.
Como conclusión, pues eso, que estamos en la posición que probablemente merezcamos y además con la oportunidad del domingo solucionar este desastre, venciendo como local al Getafe. Pero ni éste es el camino y sobre todo el técnico debe estar para plantear el partido de forma que se intente la victoria, no para servir de QUITAVERGÜENZAS de nadie.
Desconozco si el Secretario Técnico (la semana pasada estaba en la bombonera de Buenos aires, a lo mejor siguiendo a Riquelme o Palermo) esté de viaje o se encuentra en Sevilla, pero lo que si pido (aunque yo aquí mando menos que Vizcaíno cuando no esté Del Nido) de forma suplicante, es que no le dé por fichar a nadie.