IMPOTENCIA, RABIA, TRISTEZA

He tenido que esperar más de 24 horas para ponerme delante del ordenador  a escribir algo sobre lo sucedido ayer en el Estadio de San Mamés. Hacerlo en “caliente” hubiese sido una temeridad en la que no he querido caer.

Cursaba el Sevilla su última visita al Estadio mítico del equipo bilbaíno. Por tanto, partido histórico en la Catedral del Fútbol en la que en su historia, brillante historia de encuentros épicos los vividos por los dos equipos sobre este tapete verde, quedará escrito con letras a fuego que vieron los asistentes probablemente a uno de los peores Sevilla de su existencia.

El ESPANTOSO RIDICULO de los nuestros que será difícil de olvidar por los extraordinarios aficionados vacos habituales a San Mamés.

Me da igual quien jugara, sigo sin entender el por qué de alguna suplencia y sobre todo la excusa de otras titularidades. Lo cierto, es que los que salieron llevaban en el pecho el Escudo del Sevilla y eso es para mí lo más doloroso.

Ni una sola a derechas, un esperpento de equipo pésimamente dirigido desde la banda y demostrando por otra vez en lo que va temporada, que son eso, una auténtica banda de vividores que ni sienten los colores, ni parece que les importe.

El Athletic fue superior de “pitón a rabo” en la primera parte y el comienzo de la segunda. Tan solo cuando se quedaron con un jugador menos y conseguimos acortar distancias gracias al penalti de Negredo, se atisbó algo de ganas e ímpetu, pero tampoco como para destacarlo en demasía.

Aquí hay una cosa clara, ESTE CICLO HA LLEGADO A SU FIN y esto hay que remediarlo. El Director Deportivo demuestra temporada tras temporada que no es capaz de confeccionar una plantilla acorde con el presupuesto que maneja. Demuestra su ineficacia para encontrar una persona en el banquillo que sea capaz de motivar a los profesionales o en su caso ponerles en el atolladero de su indolencia y hablarle claro a la afición.

Por otro lado, los famosos fondos propios tocan fondo. Este año, al actual Consejo se presentará en la Junta General con un déficit de más de quince millones de euros, que puede ser multiplicado la temporada que viene, si no se consiguen los objetivos.

Hablando de objetivos, por segunda temporada consecutiva, los sevillistas debemos marcarnos la permanencia (VAYA VERGÚENZA) como primera aspiración, pues después de lo visto ayer, a poco más se puede aspirar.

Este Consejo (el mejor de los últimos tiempos en cuanto a resultados) está sin ideas y lo peor es que parece que quieren perpetuarse en el cargo.

En la vida hay que saber ganar y también perder, pero la arrogancia de algunos puede llevarnos a una situación irreversible que solo pueden solucionar los grandes accionistas que están sustentando a esta gente. Por tanto, yo me atrevo y así lo hago a señalar con el dedo a los señores CASTRO, GUIJARRO, MIÑAN, ALES Y MARTIN BAENA como corresponsables de la situación de crisis institucional que vivimos. En sus manos está cambiar todas las estructuras y buscar un aire nuevo y fresco en los órganos del Club.

Ha llegado el momento del cambio, deben venir auténticos profesionales que sepan de esto y sobre todo gente que no quiera perpetuarse para vivir de los éxitos pasados. Sevillistas que den un cambio de rumbo a la Entidad y que  ilusionen de nuevo a la afición, de lo contrario y de llevarse a cabo la perpetuación de estos Consejeros, me temo que el día a día de nuestro querido Club no va a ser fácil precisamente.