LAS DISTINTAS VARAS DE MEDIR.

No salgo de mi asombro y eso que ya no lo hago con facilidad por mis años y lo mucho visto en esto del fútbol. La prensa capitalina se lleva las manos a la cabeza y proclama lo “injusto de la tarjeta roja a Pepe”. La misma prensa que por acciones similares o, tal vez, menos contundentes la pedían para jugadores del Sevilla, FC como Pablo Alfaro, al que apodaron con mucha inquina “Dr. Muerte” y, cómo no, a nuestro Javi Navarro. Por entonces al equipo andaluz había que dinamitarlo, despuntaba muy bien y era un peligro para el equipo de los Reales de Madrid, como luego se pudo comprobar.

Ahora todos estos adláteres de D. Florentino, como si del Padrino se tratara, buscan lo imposible por hacernos creer a los españolitos que el FC Barcelona ganó sin merecerlo, que el árbitro de la contienda fue el que les perjudicó con la injusta expulsión. Se agarran a este hecho, justísimo a tenor de la dura entrada, para ello. El mismo Mourinho llora patéticamente en el vestuario por la circunstancia arbitral y tira por tierra antes de jugarse el partido de vuelta, argumentando que el pase a la final es del equipo culé. Si la rueda de prensa del entrenador del Real Madrid la hubiera realizado cualquier otro entrenador de España el periodismo capitalino, este mismo que hoy se pliega ante él, se le hubiera tirado a la yugular.

Para ellos existe un único culpable a la derrota del Real Madrid: el árbitro, cuando su labor, para mí en particular estuvo a la altura de una semifinal de Champions. Lo que pasa es que nuestros árbitros son muy maleables y temen pitar de la misma manera al Real Madrid, por las consecuencias que acarrearía. Ahora se echan las manos a la cabeza y vomitan por los micrófonos una sarta de improperios impropios de la profesión y que nadie se salga del guión porque si no van a por él. Para ellos no cuenta el partidazo realizado por el FC Barcelona, la escandalosa posesión de balón, la cantidad de pases realizados. Tan sólo cuenta el “mangazo” por la injusta expulsión de un jugador que ha dado muestras de sobras de perder la cabeza en multitud de ocasiones. Y que le ha salvado que juega en el equipo capitalino que si fuera en otro sus expulsiones se contarían a pares.

¡NO SE PUEDE SER DE OTRO EQUIPO!