Para Antonio
El día empezó de forma especial. Al ser la Semana de Feria, quedamos con unos amigos para vernos sobre las doce y media de la mañana en la Gran Plaza. Mi abono de toros, se lo prestaría a mi amigo Manu, que con su señora quería ver la corrida de toros, en la que Dávila Miura, Gallo y el Capea se enfrentarían a seis astados de la ganadería de Alcurrucén. Era un cartel atractivo para mí, pues por mi amistad con Eduardo Dávila me hubiera encantado asistir. Pero esta tarde era especial, había partido grande en Nervión, era mi primera semifinal europea con el Sevilla en nuestro Estadio. Porque después de lo vivido en Gelsenkirchen, en aquella mítica colina, yo tenía que estar en mi asiento del Sánchez Pizjuán.
Un servidor, a pesar de su edad y de sus muchos años viendo fútbol, jamás había estado tan cerca de tocar la gloria. Éramos sabedores de la dificultad que conllevaría doblegar a los alemanes, mucho más curtidos en éste tipo de batallas que los nuestros. Pero la ilusión y la cara que teníamos todos los presentes, me hacía albergar alguna esperanza.
Los coches de caballos y las mujeres de gitana se comenzaron a ver sobre las dos de la tarde. Pero de los cuatro, ninguno propuso acercarnos a la Feria. Estábamos viviendo el ambiente en los alrededores. Los coches de policía posicionados en la explanada de Gol Sur, algunos aficionados alemanes con sus bufandas calentando su partido y nosotros camino de la Espumosa, donde nos encontramos con mucha gente ya. Muchos sevillistas pertrechados con prendas de nuestro equipo, que como nosotros querían exprimir ese día al máximo y disfrutar de lo que era, estar en las puertas de una final europea.
Carlos, Sergio, Paco y yo, nos dirigimos después de “cervecear” en la espumosa, a la Peña Primer Centenario, donde los cánticos, a pesar de ser una tarde feria, afloraban cuando estábamos aun a muchos metros de la misma. Jamás olvidaré las sevillanas del turronero que mi “hermano” Paco nos canto, con “desgarrao” sentimiento y con un arte irrepetible.
Pasaban las horas y llegó el momento de acercarnos al Estadio. Dios, qué ambiente. Muchos han sido los partidos que han venido después, con un ambiente similar. Pero el de aquel día nos impactó a los cuatro. Todo el mundo con su bandera del centenario, muchas mujeres vestidas de gitana, todo tipo de bufandas y gorras, pero sobre todo, ojos llenos de ilusión, aun a sabiendas que la empresa no sería fácil.
Del partido está todo dicho y escrito. Cuando llegó la hora de la prórroga, un servidor, COBARDE donde los haya (me pasó lo mismo frente al Español en la segunda final) se metió en el vomitorio. Era incapaz de soportar la ansiedad que me producía lo que teníamos tan cerca. Estábamos a un solo gol de la gran final. Recuerdo a mi amigo del alma Diego Cadaval (QEPD) asomado a la escalinata invitándome a subir y diciéndome que íbamos a ganar. Pero yo no podía.
Un temblor bajo mis pies y un grito ensordecedor, me hizo saber que el Sevilla había marcado. Quiero hoy agradecer a todos los amigos que bajaron esos diez o doce escalones a abrazarse conmigo. YO NO LO HABÍA VISTO, pero me daba igual. Puerta era la palabra más repetida. Todos corriendo de nuevo hacia arriba a ver terminar el partido. No me quedaban uñas. Hasta el final del partido, recé, canté, lloré y sobre todo pensé, pensé en muchas cosas.
Otro estruendo y los saltos de los que estaban de pie, justo delante de la escalera, me hicieron ver que el partido había terminado. Corrí hacia arriba. Aquello era indescriptible. Abrazos, besos, saltos, cánticos. ESTABAMOS EN LA FINAL COÑO.
Tardamos casi media hora en salir del Estadio. Mis amigos habían quedado en marchar a la Feria a celebrarlo. Pero el COBARDE que os escribe, no quería. Tras muchas negativas me marché solo, andando hacia los Arcos donde tenía el coche. La gente me miraba y se quedaban sorprendidas de mi llanto. Lloraba como hacía mucho tiempo que no lo hacía. No sé explicarme de otra forma. Llegué, me subí en mi coche y puse un CD de Bryan Adans. Así hasta las dos de la mañana escuchando música y paseando de Sevilla a Arahal y de Arahal a Sevilla.
Yo no puedo presumir como la mayoría de ustedes de haberlo visto en directo, pero de lo que PRESUMO Y ME SIENTO ORGULLOSO, es de que YO ESTABA ALLÍ.
Tú llorabas de camino a tu coche y yo lloro al leerte, que gozada Alexis, que recuerdos!
ResponderEliminarPero algún día me contarás como se vive un partido así en el vomitorio... tiene que ser más acojonante no??pufff!
Saludosss!
Me has hecho llorar, Alexis, como ayer cuando preparaba mi propio porst sobre este tema.
ResponderEliminarPor estas cosas, por la forma de vivirlo digo, uno se da cuenta de una cosa: QUE GRANDE ES SER SEVILLISTA!!
Un abrazo, amigo
Que Grande Alexis, Me Emociono al leerlo, Aquella noche fue genial, no me canso de ver el golazo, sin duda el mejor gol de Nuestra Gloriosa Historia.
ResponderEliminarEspero que llegen mas noches así.
Saludos Alexis.
www.javisfc.com
Tus cojones Alexis, coño, tus cojones...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Fue un día muy grande para todos los que sentimos en sevillista. Pero debe darte las gracias por meterme de lleno de nuevo en aquella noche mágica. Un abrazo hermano.
ResponderEliminarGRANDE TIO, MUY GRANDE ERES.
ResponderEliminarMe has emocionado Alexis. Un beso y gracias por ser como eres.
ResponderEliminarAlexis, ya puestos me gustaría que escribieras sobre Glasgow. Tuve la suerte de estar contigo un rato y pasaron muchas cosas. Creo que la señorita policía escocesa aun lo recordará. Jajajajaja. Romu.
ResponderEliminarPD. Agradecerte el magnífico post que has puesto.
ANSELMO SANABRIA:
ResponderEliminarTuve la suerte de estar en Eindhoven, pero creo que como este dia no volveré a vivir otro como sevillista. Enhorabuena por el artículo. Un abrazo.
Te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarYo jamás he cantado el himno del Centenario. Simplemente escucho y lloro. Siempre me pasa lo mismo.
Así que te entiendo muy bien.
Un abrazo por regalarnos este Post.
Auténtico SENTIMIENTO SEVILLISTA, no hay que decir nada más. Alfonso Gago.
ResponderEliminarQué orgullo haber vivido aquellos momentos.
ResponderEliminarQué orgullo que fuera Antonio.
Fenomenal post Alexis.
Un abrazo.
Alex Oton
Alexis, mi compañera de trabajo me pregunta por qué lloro, pero es que es inevitable que siendo sevillista se lea tu post y no se derrame ni una lagrima.
ResponderEliminarChapeau.
Un abrazo
desde anoche k abri el blog de ramon hasta ahora k e llegado al tuyo cada vez que abro un blog que hablan de aquel dia me jarto de llorar, por todo lo que vvimos en ese tiempo, tantas cosas buenas y una tan mala.
ResponderEliminarun saludo alexis me a encantado tu post
que grande alexis! Q pasion, q sentimiento, q grandeza los llantos d emocion! Creo q ese dia ni un solo sevillista pudo contener las lagrimas xq era tanto lo q vivimos! Era tan nuevo, tan grande lo q veiamos y lo q vndria dspues q los abraz6s se qdaban cortos para expresarlo! Una locura q sabia a gloria, un no saber reaccionar ante tanta felicidad nunka ants vivida! Cmo ya dije yo ese dia puedo dcir q roce el cielo cn mis manos! Gran post amigo!
ResponderEliminarHoy pensaba escribir en mi blog sobre ese dia,pero despues de leerte,me he quedado tan satisfecho que realmente pienso que esta todo plasmado en tu post.Me ha llenado tanto, que ya no siento la necesidad de escribr.
ResponderEliminarSaludos y ehorabuena,Alexis.
Alexis, me has emocionado al leerte (ni en los mejores dias de Mister S)....
ResponderEliminarUn abrazo
PD: cobarde más que cobarde
Este post es un gran regalo para todos los sevillistas. Estoy escribiendo con los vellos de punta. Yo tb lo ví.
ResponderEliminarSaludos.
Yo agradezco a Dios, que a ti y a algún otro los hiciera sevillistas. Alexis, muchas gracias. José Calderón.
ResponderEliminarEmpecé a llorar cuando Adriano le marcó el cuarto gol al Zenit y no paré hasta que Maresca hizo el tercero en Eindhoven. A partir que Antonio marcó en el minuto 100, jamás he visto más gente llorar al mismo tiempo, sin duda, irrepetible. Yo si fui capaz de aguantar, pero si aquel día no me dio un infarto, dificimente me dará ya.
ResponderEliminarAquel dia fue y será inolvidable en el recuerdo de todo aquel que sienta en sevillista. Recuerdo que no je escuchado cantar un gol con tanta fuera como el que se cantó aquella noche. tu no lo viste pero lo sentiste y ayudaste como todos los sevillistas a que ese balón entrase para emoción y regocijo de todo el sevillismo.
ResponderEliminarDía de recuerdos con Puerta siempre presente.
Un saludo desdemisevillismo@blogspot.com
Yo no tuve la suerte de estar alli.Pero yo lo vivi de una forma muy especial,en mi caso fue pa "cagarse"
ResponderEliminarsaludos,sergio.palangana