MATICES PARA ESTA FINAL DE COPA.

Sólo leo, veo, escucho que ha sido la mejor final en muchos años. Posiblemente en fútbol e intensidad no les falte razón a toda la caterva del periodismo mediático. Hay que apostillar que son los dos que manejan más dinero de las televisiones, que ello posibilita el enorme escalón que existe con los demás y que probablemente seguirá si al PRESIDENTE del MEJOR EQUIPO DEL SUR DE ESPAÑA y a los que se han asociado con él, no les hacen ni puto caso. Y después del “grandioso” espectáculo me temo que los estamentos deportivos que gobiernan este bendito deporte, buscarán argucias y triquiñuelas, más o menos legales, para que no sea la última final de copa entre estos dos “gorrones” del fútbol español.

Al fin y al cabo todo es dinero y enfrentar a Barcelona y Real Madrid en una final posibilita que las ganancias sean suculentas. Por ello nunca habremos asistido en una final a tal despliegue de medios de todo tipo, incluyendo el helicóptero ejecutando unas panorámicas de Mestalla muy propias de ostentación y boato ante tanto televidente del mundo mundial. Qué contentos estarán Villar y sus secuaces por lo reflejado en las televisiones. ¡Cuanta audiencia! ¡Qué beneficios a repartir! ¡Las alegrías que da este deporte a una España con cerca de cinco millones de parados!

Posiblemente los parados seguirán desgraciadamente y por mor de unas políticas nunca correctas para quienes sacrifican su vida diaria por un sustento. “Mientras exista espectáculo como la pasada final de copa, las necesidades serán menos duras” dirán ciertos prebostes de la política. Mas no es lo que yo quiero matizar aunque es bueno reseñarlo en tiempos cercanos a elecciones para avivar consciencias dormidas; por el contrario sí es bueno recordar lo distinto que fueron algunas pasadas finales. Ejemplos la que jugó el Mallorca con el Recreativo de Huelva fue un cúmulo de despropósitos tales que permitieron que se jugara en el Estadio Martínez Valero de Elche en unas condiciones lamentables para el conjunto andaluz que salió muy perjudicado además de derrotado. Qué se lo pregunten a cuantos onubenses se dieron cita en aquel evento. Escribieron entonces que la Copa del Rey estaba devaluada, que había que cambiar el formato y otras zarandajas. Las posteriores citas fueron mejorando llegándose a las dos finales que jugó y ganó con todo merecimiento el MEJOR EQUIPO DEL SUR DE ESPAÑA. Si bien hay que matizar ciertas cuestiones que es bueno recordar; la primera la jugamos en el Santiago Bernabeu, frente a un equipo madrileño, El Getafe, que no tenía más que caer de la cama para aterrizar en el Estadio, la grandeza del SEVILLA, FC comandado por su Junta Directiva contrarrestó esto posibilitando que más de ochenta mil SEVILLISTAS abarrotaran las calles de Madrid y le dieran el mayor colorido de banderas y cánticos a un Coliseo tan frío como grandioso en otras grandes citas. Aún se recuerda esa final y el despliegue de una afición que había alcanzado la mayoría de edad por los diversos caminos europeos de UEFA y SUPERCOPA en Mónaco. La segunda de las finales, la bien llamada “del sombrero” ¡qué arte tuvo Del Nido!, fue más comprometida de organizar puesto que los estamentos encargados no acordaron el lugar hasta muy tarde y mal puesto que, como en la ocasión que jugó el Recreativo, se impuso jugarla en Barcelona a mil kilómetros de distancia de Sevilla, cuando el Atco. de Madrid estaba a la mitad. Agravios aparte el MEJOR EQUIPO DEL SUR DE ESPAÑA desplegó en un esfuerzo titánico a casi cincuenta mil seguidores que cruzando España enseñorearon y vitalizaron el NUEVO CAMPO de Barcelona, dando un ejercicio de grandeza y amor por los colores blanquirrojos. Otra vez quisieron perjudicarnos y otra vez les dimos a los estamentos futbolísticos una bofetada sin manos demostrando quienes somos.

En esta ocasión a los dos se les ha buscado un lugar a igual distancia, para que no protesten, se les ha puesto todos los medios habidos y por haber, pero a pesar del juego desarrollado por las distancias económicas que barajan, nunca alcanzaron el colorido y el sentimiento de aquellas en la que un club demostró con creces que lleva el señorío y la grandeza por bandera: EL SEVILLA, FC.

Fco. Borrego